Desde que era niña, me ha fascinado siempre mirar, observar la Luna. Me parece tan bello y digno de mirar…Sinceramente mirar la Luna, me transmite tranquilidad, me relaja, la misma sensación de relajación (por lo menos para mi) cuando se miran las llamas de una chimenea que te quedan como hipnotizada…pues con la Luna me pasa igual!!
Me resulta tan grato poder observarla con tanta facilidad, sabiendo que está a miles de kilómetros, pero eso importa, porque se ve.
La verdad es que la Luna es una de las maravillas del Sistema Solar, con numerosos secretos escondidos que se van revelando poco a poco. Desde su formación hasta su apariencia, la Luna nos presenta diversas facetas, es genial!
y...no me digaís que no es bello observar los espectaculares eclipses, ¿A quién no le gusta observar, aunque sea un minuto, los eclipses lunares? O...¿Quién no ha visto alguna vez uno? Siempre resultan excepcionales, aunque se hayan visto muchas veces y se piense que siempre es lo mismo, pero no es así. Yo desde luego, mientras pueda…seguiré viéndolos.
Y por curiosidad, sabíais que el período de rotación de la Luna es igual que su período de translación? esta es la razón por la que siempre vemos desde la Tierra la misma cara de la Luna. La verdad que es una lástima no poder observar la luna completa de modo directo, verdad? Pero bueno, para eso están los astrónomos y científicos que se ocupan de realizar estudios y sacar fotografías, para que aunque sea de manera impresa, podamos ver el misterio que siempre guarda.
Hasta 1959 el otro lado de la Luna era un misterio ¿Qué ocultaba la Luna? La sonda soviética Lunik 3, fue la primera que fue capaz de alcanzar el otro lado y enviar imágenes del mismo, dio la respuesta.
Aunque existen diferencias substanciales respecto al lado siempre visible desde la Tierra, esencialmente la apariencia es muy similar.
Y para terminar y dedicarles unos minutillos a los más románticos…en las noches de Luna llena la habéis observado fijamente? Si os fijáis bien podréis ver a una pareja de amantes dibujada en la cara de nuestro satélite. El mar de la Tranquilidad y el de la Serenidad forman el pelo del hombre y el vistoso cráter Tycho se transforma en una medalla que cuelga de su cuello.
Esto fue dicho por Fillipo Zamboni en su obra “El beso de la Luna”, que aseguraba que en las noches de Luna llena se observaba a una pareja de enamorados dándose un beso cauteloso. De ahí viene, la famosa manera de nombrar a la cara visible de la Luna en fase llena como “El beso de la Luna”. Evidentemente es producto de la imaginación del hombre, pues las manchas oscuras y reflejos son debidos a los mares, los cráteres y a las llanuras basálticas. Pero es bonito hacer uso de nuestra imaginación,n?
Para que os recreís la vista con este manjar... os dejo con una galeria de imágenes.
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