En una reciente investigación, dirigida por el profesor Francesco Cappuccio se demuestra como los patrones de sueño afectaron a la mortalidad de 10.308 funcionarios durante los años 1985-1993 y hasta 2004.
Primero se estudiaron los patrones de sueño de estos funcionarios entre 1985 y 1993 y a partir de aquí, se estudiaba, si se daba el caso, la modificación de las horas dormidas hasta 2004. Me explicaré con datos: Se tomaron funcionarios que dormían 7 horas diarias, que son las horas recomendadas de sueño para un adulto, y a partir de aquí se seguía la evolución de los que cambiaban su hábito, por exceso o carencia, hasta 2004.
Los que habían recortado sus horas de sueño de 7 a 5 horas o menos aumentaron su riesgo de muerte en un 1.7 por todas las causas en general y doblaron el riesgo de morir a causa de un problema cardiovascular.
Cappuccio asegura que "el sueño representa el proceso diario de restitución y recuperación fisiológicas, y la carencia de este tiene efectos de gran envergadura.”
Curiosamente los investigadores también encontraron que un exceso de sueño igualmente aumentaba la mortalidad, ya que los individuos que incrementaron su descanso hasta 8 horas o más doblaban las probabilidades de morir respecto a los que no habían cambiado su hábito, sin embargo, y a diferencia del primer estudio, las muertes mayoritarias no eran por enfermedades cardiovasculares.
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