Mi novio no me deja, mi novio no quiere, a mi novio no le gusta, mi novio, mi novio, mi novio…
No es la primera vez que a una alumna le escucho decirme ese tipo de respuestas, no es la primera vez que se niega a participar en actividades formativas complementarias y extraescolares porque su novio opina por ella, no es la primera vez que no puede hacer algo que le apetece o quiere porque su novio no lo aprueba…
Hablé, hablo y hablaré con ella, pero una vez más me doy cuenta de que es en vano, por un oído le entra y por el otro le sale. Lo único que le importa o lo único que vale es lo que su novio opine. ¿Tú no decides? Le invito a reflexionar con ese interrogante.
Es mayor de edad, dieciocho años recién cumplidos, él seis años mayor, le conozco, pero habla poco conmigo.Por su trayectoria académica poco positiva, su madre está muy pendiente de ella respecto a sus avances y rendimiento escolar, en las reuniones con las familias se lo comento a ella personalmente, está de mi parte, le parece bien que participe, pero la protagonista sigue diciendo NO PORQUE MI NOVIO…
¿Dónde está la libertad de uno mismo?
¿Dónde está el poder de decisión?
¿Dónde se queda la confianza de la pareja?
Diferente etnia, diferentes opiniones, diferentes gustos, diferentes hobbies, diferentes metas en la vida… ¿por qué en algo que es cosa de dos, como es una relación, sólo opina uno?
Sinceramente me da miedo… No sé que hacer, me siento impotente, en realidad no me quiere escuchar...
Hoy no la deja participar en las actividades extraescolares planificadas en el aula, hoy no le hace mucha gracia que se relacione con los chicos del grupo, hoy no la deja salir si no es con él, ¿qué será lo próximo? ¿Qué será mañana?