Un campesino alimentaba al mismo tiempo a una cabra y a un asno. La cabra, envidiosa porque su compañero estaba mejor atendido, le dio el siguiente consejo:
- La noria y la carga hacen de tu vida un tormento interminable; simula una enfermedad y déjate caer en un foso, pues así te dejarán reposar.
El asno, poniendo en práctica el consejo, se dejó caer y se hirió todo el cuerpo. El amo llamó entonces a un veterinario y le pidió un remedio que salvase el jumento.
El curandero, después de examinar al enfermo, dispuso que se le diera de comer un pulmón de cabra para devolverle las fuerzas.
Y sin titubear, el labriego sacrificó de inmediato a la envidiosa cabra para curar a su asno.
No hagas a otros lo que no
quieres que hagan contigo
2 comentarios:
Tan ciertos como que hay estrellas en el cielo, cuando era una niña solia leer muchas de estas fabulas, me gusta mucho y muchas le recuerdo...
la envidia en un sentimiento que correo nuestra alma, y el mal que nos causa siempre se hace visible...
y es mejor siempre sonreir y dar lo mejor...
jajajaja a lo que voy abrazos miles y sonrisas millones...
que tengas un bello día
encantadora Luna
Hasta la sonrisa...
Y tanto que es cierto!
lo que pasa que a veces somos tan egoistas que no pensamos en los demás ni en las consecuencias de nuestros actos, si no en nosotros mismo.
Esto no quiere decir que se haga queriendo, de manera consciente, pero a veces...
Saluditos grandes y miles de sonrisas para ti!
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